viernes, 25 de abril de 2008

El torturado 1ª Parte

No tenia ni idea de quienes eran esos tipos, ni de que querían, ni donde estaba. Hacía horas que lo arrastraban de un lado a otro. Llevaba los pies encadenados, las manos sujetas con una abrazadera de plástico que se le clavaba en la carne, y un saco grueso en la cabeza, que además de no dejarle ver le impedía respirar con naturalidad. Olía horriblemente mal. Olía a orina y a heces con tal intensidad que no pudo evitar vomitar en varias ocasiones. Como el saco le mantenía el vomito cerca, este se sumaba con el olor del exterior creándose una atmósfera irrespirable.
Oyó como abrían un portón metálico, e inmediatamente después le empujaban fuertemente a lo que debía de ser el interior de una habitación fría y húmeda. Le golpearon varias veces con los pies y con algún palo. Lo levantaron del suelo bruscamente y lo sentaron en una silla. Lo ataron fuertemente a ella y le empezaron a preguntar. Primero preguntas sin importancia "Cómo te llamas?" "De que color es tu pelo?" "Tienes mujer e hijos?". Después preguntas sobre temas de los que querían conocer algo en concreto. "Qué es el HG-24?" "A qué se refieren con el suspiro de transmigración?". Él no sabia muy bien que es lo que querían. No sabia nada que les pudiese interesar! No entendía estas preguntas!!
Se canso de decirles que no sabia nada. Que se habían equivocado de hombre. Sus captores, cabreados, le abofetearon. Le plantearon que después de unos cuantos cortes tal vez cambiase de parecer. Y si no, lo dejarían desangrarse, poco a poco. Y si por un milagro consiguiese sobrevivir, las marcas le acompañarían de por vida por todo el cuerpo convirtiéndolo en un monstruo.
Nuestro hombre lloraba con tal desconsuelo que hasta las ratas se apiadaron de su persona. Entonces noto el frió filo de un arma blanca recorrer su pecho. Sintió la humedad de su sangre manar de la herida. "Oh! Dios mio. No! Por favor, dejadme marchar." Otro corte recorrió su muslo, y su brazo. Mientras, le preguntaban. Atemorizado hasta tal punto no pudo evitar orinarse y defecarse encima. Realizaron otro corte en el cuello. Él grito al cielo con un sonido desgarrador que no parecía surgido de una garganta humana. Inmediatamente después perdió el conocimiento.

continuará,...

10 comentarios:

brujita dijo...

Violencia por violencia...lo considero afortunado por haber perdido el conocimiento...no todos disfrutan de la misma suerte, aunque muchos, en un intento desesperado de huir del sufrimiento, inventarían mentiras, hablarían ininterrumpidamente del HG-24 y explicarían con todo detalle el significado de suspiro de transmigracion...con la esperanza de, al no ser ya necesarios, lograr el ansiado consuelo de la muerte.

Cafe au lait dijo...

¿Defecarse?. ¡Qué fino!. Los prisioneros se cagan.

Luis Aifer dijo...

Mi prisionero defeca, que es muy fino. Y es asi. Aquel que no haya defecado nunca que tire la primera piedra,... ...Ey! Todos a la vez no, cabrones!!! Uy, esa casi me da. Que poco finos que sois.

Anónimo dijo...

¡Habráse visto! Oh, Dios mío, por favor, dejadme marchar... ¿Pero qué porquería de prisionero es este? ¡Se le mienta la madre al torturador, coño! Lo ponía yo en pelota sentado encima de una estufa al rojo vivo y cantaba La Traviata. Cagabandurrias, que es un cagabandurrias.

Unknown dijo...

"¡Qué liberación! ¡Por fin muerto! ¡Con lo mal que olía!", pensaba el prisionero. Y en su boca se esbozó una sonrisa.

"Ahora a ver quien viene a visitarme...Ahora mando yo", siguió pensando. Y la sonrisa se fue haciendo cada vez más dibujada.

Los torturadores se miraron con caras inquisitivas. Ahora sí que no entendían nada.

currinche dijo...

Abrió los ojos, tenía la boca seca y se encontraba fatal,la tele seguía puesta y la peli de zombis atronaba su cabeza que le estallaba. Cómo había podido quedarse frito en el sofá con ese estruendo? Los restos de la fabada en el plato le asquearon y sintió arcadas,las cervezas y el orujo le contemplaban irónicos,se arrastró como pudo al baño y abrazó el water durante el resto de la noche.

Oshidori dijo...

El torturador miró displicentemente el amasijo de carne exánime del torturado y se sintió molesto por sus quejidos. Pensó, aliviado, que en la noche cenaría un suculento entrecot a la pimienta.

Cafe au lait dijo...

De pronto, se hizo el silencio...
Llegaba el gran torturador...
El defecador sin nombre miró sin ver, pero.., de pronto.., sus ajos, dogo -¡digo, coño!- ojos, se abrieron como platos de fabes con almejas.
¡Horrible, le esperaba una tortura atroz!.
El gran torturador le iba a dar churros con cerveza.

Anónimo dijo...

Poco a poco las neblinas de su mente se iban disipando y regresaba a la realidad. Una realidad asquerosa impregnada del olor a vómito, orina y heces. Tirado en el suelo, notaba el sabor de la sangre en su boca y como ésta manaba por todos los cortes de su cuerpo. No sabía que hacía allí ni que querían saber de él, pero daba igual. Tenía clara una cosa y es que de ahí no salía vivo. Curiosamente esa certeza tan desalentadora, le dió una extraña sensación de paz.
Con esfuerzo, elevó el dedo corazón de su mano derecha hacia sus captores y con las pocas fuerzas que le quedaban, pronunció un sonoro "Que os jodan" antes de volver a caer inconsciente.

Luis Aifer dijo...

Demonios!!! Estoy encantado con vuestras calenturientas cabecitas. Cómo bullen!! Cuantas posibilidades, cuantas realidades paralelas. Continuad haciendome disfrutar. Gracias a tod@s. Mmmmm