David sabía que esto no podía durar, pero aunque fuesen unos pocos días de vida habría merecido la pena. Sus habilidades les servían a sus captores, por eso lo mantenían en un estado de privilegio. Mientras, en las estancias de al lado, podía oír como sus compañeros eran torturados hasta la muerte. Podía imaginar como sus actos podían estar favoreciendo la caída de sus propios amigos en el exterior. Pero él no lo podía aguantar. Tenía que sobrevivir a costa de lo que fuese. Aunque supusiese tan sólo unos pocos minutos más.
Pedro poseía unos conocimientos útiles para sus enemigos. Estos le ofrecieron unas condiciones impensables para cualquier prisionero. Aceptó, con la única idea de retrasarlos como fuese. No pensaba en ser un héroe. Únicamente recordaba esas celdas húmedas donde estaban todos hacinados, convertidos en amasijos putrefactos de carne humana. No podía dejarlos así. Tenía que aguantar para luchar. Aunque tan sólo fuese unos pocos minutos más.
Pedro poseía unos conocimientos útiles para sus enemigos. Estos le ofrecieron unas condiciones impensables para cualquier prisionero. Aceptó, con la única idea de retrasarlos como fuese. No pensaba en ser un héroe. Únicamente recordaba esas celdas húmedas donde estaban todos hacinados, convertidos en amasijos putrefactos de carne humana. No podía dejarlos así. Tenía que aguantar para luchar. Aunque tan sólo fuese unos pocos minutos más.
4 comentarios:
Devorados por sus propios fantasmas, David y Pedro ignoraban que solamente eran los títeres de un juego que su propio entorno había preparado para el regocijo de los espectadores. Sí, sus fantasmas les devoraban las entrañas lentamente, lentamente.
Cobardicas, jodidos cagabandurrias que se van por la pata abajo en cuanto les aprietan un poco las tuercas. Se les descerraja un tiro y a hacer foie-gras con sus higadillos.
Nadie puede estar absolutamnete seguro de que nunca hará nada contario a sus principios cuando en ello se juega la supervivencia, la suya o la de aquellos a los que quiere. "No juzguéis y no seréis juzgados", dice un libro de sabiduría.
El camino hacia el infierno está plagado de buenas intenciones, no crees?
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